Enagás deja el mercado de Estados Unidos para acelerar en la inversión de infraestructuras de transición energética en Europa. La compañía gasística ha alcanzado un acuerdo para vender su participación del 30,2% en la estadounidense Tallgrass Energy al fondo Blackstone Infraestructure Partners, por un importe de 1.100 millones de dólares (1.018 millones de euros al tipo de cambio actual). La operación generará una minusvalía contable de 360 millones, según ha comunicado la empresa española esta mañana en un hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). No obstante, explica que la entrada de efectivo a consecuencia de la operación le permitirá acometer nuevas inversiones en redes. Bolsa y analistas celebran la venta pese a las pérdidas contables y la acción ha cerrado la jornada con una subida del 6,27%, hasta los 13,55 euros, en su mejor sesión de los últimos cuatro años.
Enagás explica que la venta del 30% del capital forma parte del “proceso de rotación de activos” con el que busca impulsar inversiones en infraestructuras de hidrógeno renovable. La operación de Tallgrass Energy se enmarca dentro del Plan Estratégico 2022-2030 anunciado por la empresa presidida por Antonio Llardén, que tiene como prioridades “la descarbonización y la seguridad de suministro de España y Europa”, ha señalado la compañía.
La gasística española entró en la firma de infraestructuras energéticas estadounidense en el año 2019 con la compra de un 11% del capital por más de 500 millones, como parte de un plan estratégico centrado en la internacionalización de los negocios de redes de gas. Un año después, Enagás invirtió otros 760 millones para aumentar su participación en Tallgrass hasta alcanzar el 30%. Ahora, bajo el mandato del consejero delegado Arturo Gonzalo, que llegó al cargo en 2022 en sustitución de Marcelino Oreja Arburúa, la prioridad se centra en infraestructuras de energías renovables y la transición energética en España y Europa.
Así, a pesar de los 360 millones de minusvalías que Enagás se apuntará en sus cuentas de 2024 (las del primer semestre las presenta el próximo 23 de julio), la operación tendrá un impacto “muy positivo” en los flujos de efectivo “debido a la entrada de caja que conlleva la desinversión”.
La empresa apunta además que esta operación “refuerza la política de dividendos”, así como su sostenibilidad a largo plazo. Enagás anunció en febrero un fuerte recorte del dividendo, del 43%, para impulsar inversiones de hidrógeno renovable, tras cerrar el ejercicio 2023 con un beneficio neto de 342,5 millones de euros en 2023, un 8,8% menos.
Está previsto que la transacción se cierre a finales de este mes de julio. Del importe acordado, 50 millones de dólares se recibirán una vez que se obtenga una autorización administrativa en curso, ha especificado la compañía, que sale así de una empresa que supuso su puerta de entrada de Estados Unidos.
Hace apenas una semana Enagás anunció otra desinversión al otro lado del Atlántico, concretamente en México, aunque en ese caso el volumen de la venta del 50% de Soto supuso 14 millones de euros. Anteriormente vendió sus participaciones en la terminal GNL Quintero, en Chile, y las del Gasoducto de Morelos.
“Con la rotación de la participación en Tallgrass Energy, Enagás fortalece su balance para acometer con garantías la ejecución del plan de inversiones en infraestructuras de hidrógeno renovable, incluidas en la lista de Proyectos de Interés Común de la Unión Europea y cumpliendo con el mandato del Real Decreto-ley 8/2023 que designa a Enagás gestor provisional de la Red Troncal de Hidrógeno”, ha expuesto la empresa energética en un comunicado.
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