La Copa América Estados Unidos 2024 es una pesadilla americana. A un golpe para los organizadores le sigue otro. Y otro. Primero fue la lesión de Lionel Messi, que no pudo jugar el tercer partido de Argentina, el sábado ante Perú, y que todavía es duda para el duelo de cuartos de final de este jueves contra Ecuador. El domingo le siguió la eliminación en primera ronda de México, con todo lo que implica para la atmósfera de los estadios en un país sin cultura futbolística. Y este lunes, como si fuera poco, llegó una nueva desgracia: la propia selección de Estados Unidos también se quedó afuera en la fase inicial y fue despedida con silbidos por su público.
La derrota 1-0 de los locales ante Uruguay, que terminó en el primer puesto del grupo C y confirmó su gran momento, suena razonable, pero el fracaso de Estados Unidos (3 puntos) se debe a que finalizó tercera detrás de la Celeste (9 unidades) y de Panamá (6), que este martes en simultáneo venció 3-1 a Bolivia (0 puntos) y consiguió su clasificación a cuartos de final.
La frustración de los organizadores, que a priori tenían una zona accesible, es indisimulable, en contraste con la historia escrita por los panameños. Todo el avance que Estados Unidos consiguió fuera de los campos de juego en los últimos años, con la sede de grandes torneos y la presencia de Messi en la MLS, no se complementa con su selección, que dio un paso grande –gigante- hacia atrás.
El gol del equipo de Marcelo Bielsa fue convertido por Mathías Olivera a los 21 minutos del segundo tiempo. El defensor uruguayo parecía en posición adelantada, pero el VAR –de manera milimétrica, no sin polémica- convalidó el 1-0. Uruguay, que ganó los tres partidos de la fase inicial de la Copa América por primera vez desde 1935, sabrá este martes su rival, que saldrá de Colombia-Brasil, los clasificados del grupo D. Los pentacampeones del mundo necesitan un triunfo para evitar a la Celeste en cuartos.
La hazaña de Panamá
Panamá, por el contrario, jugará contra los colombianos si éstos ganan o empatan. Los goles de José Fajardo, Eduardo Guerrero y César Velasco ante Bolivia, que sumó su 15ª derrota consecutiva en la Copa América, terminaron de sentenciar la eliminación local. El Panamá-Bolivia también fue histórico por haberse tratado del primer partido de la Copa dirigido por una terna femenina de árbitras, liderada por la brasileña Edina Alves Batista.
“Es frustrante, no puedo encontrar las palabras para describir lo que pasó. Tampoco quiero hablar del árbitro. Tuvimos un buen comienzo pero ellos (Uruguay) tienen calidad. Ahora es tiempo de descansar un poco, reagruparnos y esperar que vengan grandes cosas”, se resignó Christian Pulisic, capitán de Estados Unidos y jugador del Milan de Italia, tras el partido.
Al menos por ahora, tanta gentileza hacia Estados Unidos de las autoridades del fútbol, ya sea de la Conmebol como de la FIFA –por la cesión de la actual Copa América y por los Mundiales de Clubes y de selecciones que organizará en 2025 y 2006- no parece tratarse de un amor correspondido. La selección local se jugaba el pasaporte hacia los cuartos de final y el público dejó varios asientos libres del estadio de Kansas –un escenario gigantesco, eso sí, con capacidad para 80.000 personas-. Encima, las malas noticias llegaron temprano desde el este del país, cuando Panamá -en Orlando- se adelantó en el resultado contra Bolivia y Estados Unidos de inmediato quedó obligado a ganar para no quedar eliminado.
Tras su amarga demostración del jueves pasado, cuando perdió 2-1 ante los panameños con una indolente demostración de fútbol pero sobre todo de espíritu y actitud, el local al menos intentó presionar a Uruguay desde el inicio. Era su última bala y sólo lo consiguió en unos pocos minutos. Sin Timothy Weah, sancionado tras su expulsión la fecha pasada, Estados Unidos dependió en exceso de Pulisic, hasta que Uruguay de a poco tomó las riendas de la noche. El equipo de Gregg Berhalter tiene mejores futbolistas –muchos juegan en las principales ligas de Europa- para tan floja demostración colectiva en la Copa.
Uruguay, que técnicamente no estaba clasificada, jugó con la seriedad y la intensidad de los equipos de Bielsa. Cuando Federico Valverde, el mediocampista del Real Madrid, se hizo cargo de la pelota, Estados Unidos quedó reducido a un equipo menor, del segundo o tercer escalón mundial. La Celeste esta vez no necesitó de Darwin Núñez, que no convirtió goles por primera vez en los últimos siete partidos.
Hubo un momento, sin embargo, en que Estados Unidos volvió a respirar, cuando Bruno Miranda marcó el 1-1 parcial de Bolivia ante Panamá en Orlando. Entonces, todavía con el resultado cerrado en Kansas, el local recuperó transitoriamente el segundo puesto, pero el alivio para la selección norteamericana duró muy poco: apenas tres minutos después, llegó el gol de Olivera para el 1-0 de Uruguay y otra vez Estados Unidos bajó al tercer lugar, esta vez para siempre. Como si fuera poco, los panameños no tardarían mucho en volver a ponerse en ventaja y luego ampliar su diferencia hasta el 3-1 final.
México y Estados Unidos no quedaban eliminados en la primera ronda de un torneo desde hacía 74 años, el Mundial 1950. Además, fue la primera vez que Panamá eliminó a los estadounidenses en una fase de grupos. Sorpresivamente, de los tres organizadores de la Copa del Mundo 2026, la única selección que pasó a los cuartos de final fue Canadá.
A la Copa América 2024 le falta lo mejor: Argentina, Brasil, Colombia y Uruguay deberán revalidar su favoritismo para llegar al título, mientras Venezuela tiene el cuadro abierto para llegar a la semifinal. Pero, en cierta forma, el torneo también recibió una herida en su corazón: el fútbol -su dirigencia- le dio a Estados Unidos más de lo que Estados Unidos le dio al fútbol.