El reloj marca que van 50 minutos del segundo tiempo. El tiempo pasa y las ilusiones se apagan. De local y ante Deportivo Riestra, el cero a cero es poco. Racing es uno de los líderes de la Liga Profesional y sumar un solo punto es lo mismo que restar dos. En el Cilindro hay una certeza: es uno de esos empates que se lamentan en las últimas fechas, cuando faltan cinco pal’ peso y los hinchas se acuerdan de las oportunidades desperdiciadas. Pero apareció Maximiliano Salas y apareció Santiago Solari y apareció el entusiasmo. Todo cambió: una jugada precisa cuando el árbitro ya se disponía a bajar la cortina. La desazón devino fiesta. Racing sigue puntero y que la cuenten como quieran.
Nadie se acordará que el equipo de Gustavo Costas jugó mal, que le costó encontrar los caminos para llegar al arco de Arce. Lo buscó, es cierto, pero sin claridad. Riestra viajó a Avellaneda a hacer su negocio: un punto con uno de los candidatos no está nada mal. Y todo venía según lo planeado, hasta que en la última bola de la noche se quedaron con las manos vacías.
Un rechazo corto fue letal: Agustín Almendra recuperó la pelota, lanzó un centro desesperado, Salas la tocó de primera para la entrada de Solari, y Solari, también de primera, abrió el pie para definir al rincón más alejado de Arce. Un golazo que no refleja lo que fue el partido. Pero tampoco importa demasiado.
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Con el de anoche, Racing suma 5 triunfos consecutivos entre Copa Sudamericana y Liga Profesional. Y con un dato adicional: sin goles en contra.
Por su parte, Riestra sumó su tercera derrota y se mantiene con tres unidades en cuatro fechas.
El partido en general fue friccionado y con pocas emociones. Racing tuvo su primera chance recién a los 43 minutos del primer tiempo. Una jugada que tapó el arquero de Riestra.
En el segundo tiempo, el ingresado Solari tuvo una chance para romper el cero con una jugada individual. Pero no prosperó. Había que esperar a que el árbitro adicione cinco minutos más.