La tragedia de Rust busca un desenlace. El actor Alec Baldwin, productor y protagonista del wéstern independiente, comparecerá desde este miércoles ante un tribunal de Nuevo México acusado del homicidio involuntario de la directora de fotografía de la cinta, Halyna Hutchins. El juicio a Baldwin será el fin de un largo proceso que busca brindar justicia casi tres años después del incidente en la filmación en un rancho de Albuquerque, adonde una bala de verdad llegó a alterar la vida de todos los involucrados en la producción. De ser declarado culpable, Baldwin podría ser condenado hasta 18 meses en prisión.

El proceso inicia este martes con la selección de las 12 mujeres y hombres que tendrán en sus manos el destino de Baldwin. El actor de 66 años ha llegado a la capital de Nuevo México cobijado de una de las firmas de abogados más importantes de Nueva York. Esta mañana se le veía serio, pero tranquilo. Vestía un traje negro y corbata gris y usaba gruesas gafas de pasta color negras. Al frente de su defensa está Alex Spiro, un letrado de 41 años que ha representado a Elon Musk y conocido por su agresivo estilo de interrogatorio a los testigos. Los alegatos iniciales tendrán lugar el miércoles, oficialmente el primer día del juicio.

Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan, el bufete para el que trabaja Spiros, intentó hasta finales de junio que se desechara el único cargo que pesa sobre Baldwin. La jueza del caso, Mary Marlowe Sommer, no lo permitió. Baldwin será el segundo involucrado de la producción que se sienta en el banquillo de los acusados por el accidente ocurrido el 21 de octubre de 2021. La primera fue la encargada de la armería, Hannah Gutierrez-Reed, una joven con poca experiencia en el resguardo del attrezzo, quien fue declarada culpable y sentenciada a 18 meses de prisión en abril. En una llamada grabada desde los calabozos, Gutierrez-Reed aseguró que desea que el jurado “también mande a Baldwin a la cárcel”.

La defensa de Baldwin citó a la armera entre los llamados a declarar durante el juicio, que durará nueve días y que podría tener un desenlace el viernes 19 de julio. La jueza, no obstante, ha puesto en duda la participación de Gutierrez-Reed en este proceso, asegurando que ha mostrado su reticencia a responder las preguntas de las partes. Los abogados de Baldwin, en cambio, quieren cargar la responsabilidad del incidente en la armera, quien debía de supervisar las armas y municiones utilizadas en la producción y en David Halls, el asistente de dirección, la última persona por la que pasó el revólver antes de llegar a manos de Baldwin. Halls pactó con las autoridades declararse culpable de un cargo de manejo negligente de armas de fuego, un proceso que lleva en libertad.

La Fiscalía intentará probar más allá de cualquier duda razonable que Baldwin manejó con descuido el arma que mató a Hutchins e hirió en el hombro al director de la cinta, Joel Souza. La fiscal especial Kari Morrissey lidera el equipo de la acusación. Morrissey tomó el caso cuando su antecesora se vio forzada a renunciar por conflicto de interés a inicios de 2023. Una de sus primeras acciones fue retirar los cargos contra Baldwin, pues pensaba que no tenía un caso suficientemente fuerte. En enero de este año, en un giro de guion, la fiscal cambió de opinión tras revaluar la evidencia que las autoridades han reunido en más de un año de investigación.

La estrategia de la Fiscalía también se centrará en la pistola tipo Colt que Baldwin empuñaba durante el ensayo de una escena. Varios de los testigos que comparecerán en la corte a partir del miércoles se encontraban al interior de la pequeña iglesia de madera donde ocurrió el incidente. Uno de estos es Zachariah Sneeby, un ingeniero de sonido y operador de un micrófono que estaba a unos metros de Baldwin cuando se accionó el arma. En entrevistas preliminares con los fiscales, Sneeby señaló que vio al actor jalar del gatillo.

Baldwin sostiene que nunca tiró del gatillo. Se ha mantenido en esa posición desde que lo afirmó en la cadena ABC en diciembre de 2021 en la primera entrevista tras la muerte de Hutchins. A pesar de su firmeza, su versión ha sido puesta en duda más de una vez. Primero por forenses del FBI especializados en armas, quienes aseguraron que el revólver tuvo que ser disparado para expulsar la bala. Y también por Lucien Haag, uno de los mayores expertos en armas de Estados Unidos, quien tuvo la oportunidad de revisar la Colt que mató a la directora de fotografía. Haag es uno de los testigos de la Fiscalía que dará su versión en los próximos días.

Primera victoria de la defensa

La jueza Marlowe Sommer ha dado a Baldwin un primer triunfo del proceso. La togada ha estrechado el camino a la fiscalía al determinar este lunes que es irrelevante el papel de Baldwin como productor del malogrado western. Marlowe Sommer ha dado a conocer su opinión en una de las audiencias previas que las partes han tenido la mañana de este lunes en Santa Fe, la capital del Estado de Nuevo México.

“Tengo problemas con la opinión de la Fiscalía de querer mostrar de que como productor no siguió los lineamientos (…) y que como productor permitió que todas las cosas malas sucedieran”, dijo Marlowe Sommer a las partes este lunes. Esto significa que no permitirá el uso de evidencia reunida que se enfoque en las tareas de Baldwin como productor.

La decisión de la jueza obliga a la Fiscalía a modificar su estrategia. Morrissey y su equipo planeaban sembrar en la mente del jurado que el accidente fue una consecuencia de una caótica producción independiente marcada por la ausencia de protocolos de seguridad. Es lo que han contado algunos de los miembros de la producción en las audiencias preparatorias. Una de estas versiones ha sido transmitida por Ross Addiego, un técnico parte del equipo de Hutchins, quien ha demandado a la producción al considerar que los productores no cumplieron con los requisitos mínimos de la industria fílmica. La defensa, en cambio, cuenta con una carta firmada por varios miembros del rodaje que rechazan la caracterización de rodaje donde imperaba el desorden.

El año pasado, los productores de la cinta pagaron a las autoridades estatales una multa de 100.000 dólares por diversas violaciones a normativas de seguridad halladas por inspectores laborales en una revisión al set tras el suceso. Las irregularidades fueron calificadas de “serias” pero involuntarias por el organismo local de protección a los trabajadores.

La defensa ha incluido en los testigos en su favor a Ryan Winterstern, uno de los 13 productores de Rust y quien tiene entre su filmografía varias cintas, entre ellas Pastoral americana (2016) y El secreto de Adaline (2015). El actor asegura que es un testigo presencial de los hechos ocurridos dentro de la capilla el 21 de octubre, el día más largo en la vida de Alec Baldwin

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