Está todo listo para el despegue del Ariane 6, el mayor y más potente cohete desarrollado por Europa. La Agencia Espacial Europea (ESA), formada por 22 países, incluida España, confía en que este nuevo vehículo le permita acceder al espacio de forma independiente para lanzar misiones robóticas institucionales y también privadas, sin necesidad de depender de compañías como SpaceX, dirigida por el magnate Elon Musk. El cohete, tan alto como un edificio de 18 plantas y de más de 500 toneladas de peso, tiene previsto despegar a partir de las 21.00 horas (hora peninsular española), una hora después del plan inicial. Se puede seguir en directo en la web de EL PAÍS.

“Es indescriptible estar junto al descomunal Ariane 6″, ha dicho este martes el director general de la ESA, Josef Aschbacher, en la red social X, desde el Puerto Espacial Europeo, en Guayana Francesa. “Siento emociones muy variadas al prepararnos para hacer historia de Europa, para contribuir a su futuro y el de las próximas generaciones”, ha añadido.

Tres cazas del Ejército del Aire de Francia están desplegados en las proximidades del puerto espacial dentro de la Operación Titan, el dispositivo militar para asegurar que el espacio aéreo está despejado para el despegue del Ariane. También participan barcos y armamento antiaéreo del Ejército de Tierra francés, un dispositivo de seguridad que no suele ser habitual en otros lanzamientos y que muestra la importancia geoestratégica del vuelo inaugural de este martes. Esta población sudamericana en medio de la jungla es un departamento de ultramar del país galo, que además es el mayor contribuyente a los cohetes Ariane, pues sus empresas son responsables del 55,6% del cohete. Hay 13 países involucrados en la manufactura de este nuevo vehículo espacia, incluida España, que aporta el 4,7%. El presupuesto total del programa Ariane 6 ha sido de casi 4.000 millones de euros hasta el momento.

La ventana de lanzamiento dura hasta la medianoche. Si todo va bien, este vuelo inaugural del Ariane 6 durará casi tres horas. El cohete usará primero sus dos propulsores de combustible sólido para despegar desde el Puerto Espacial Europeo, en Guayana Francesa. Unos dos minutos después, estos componentes se desprenderán y comenzará a funcionar la etapa principal primero y la etapa superior después, que serán las encargadas de llevar al Ariane 6 a una órbita circular a casi 600 kilómetros de altitud.

Dentro de la cápsula superior del cohete, la cofia, viajan varios satélites experimentales, incluido uno creado por estudiantes de la Universidad Politécnica de Cataluña, que serán puestos en órbita. Después se realizarán varios encendidos y apagados de prueba de los nuevos propulsores de la etapa superior del cohete, una novedad tecnológica que permitirá desplegar varios instrumentos en órbitas distintas. El Ariane 6 no es reutilizable, pero esa tecnología le permitirá colocar constelaciones de satélites en el espacio y después reentrar en la atmósfera y caer a la Tierra para no contribuir a la creciente masa de chatarra espacial que orbita el planeta.

Línea temporal del vuelo inaugural del Ariane 6.
Línea temporal del vuelo inaugural del Ariane 6.ESA

La ESA quiere reducir drásticamente sus emisiones de gases de efecto invernadero, para lo que también está desarrollando una planta de fabricación de hidrógeno por electrólisis en su puerto espacial de Kourou que servirá de combustible a futuros cohetes. En su configuración actual, el Ariane 62, tiene dos propulsores de combustible sólido que se desprenden unos dos minutos después del despegue. Hay una versión futura más potente, el Ariane 64, con cuatro propulsores. Después hay una etapa principal y superior que consumen oxígeno e hidrógeno líquidos almacenados a 180 y 250 grados bajo cero, respectivamente. Es esta última parte del cohete la que ensayará varios encendidos y apagados de prueba durante el vuelo de este martes, que tiene una duración total de casi tres horas.

Si todo sale bien, la ESA espera lanzar otro Ariane en diciembre de este año e ir aumentando la cantidad de lanzamientos hasta llegar a la decena anual.

La principal carencia de este gran cohete europeo es que solo está cualificado para lanzar satélites y misiones robóticas de exploración espacial. En teoría podría adaptarse para poder llevar astronautas a la Estación Espacial Internacional, pues tiene potencia suficiente para ello, aunque antes debería pasar todas las pruebas de cualificación, algo que tal vez no sea razonable dado que este laboratorio orbital está cerca de agotar su vida y ser enterrada en el océano. La gran carencia europea sigue siendo no poder enviar astronautas al espacio, sobre todo a la Luna y más allá, para lo que sigue dependiendo totalmente de sus aliados. Hasta el estallido de la Guerra de Ucrania, en febrero de 2022, los europeos viajaban al espacio en naves rusas Soyuz, diseñadas en los años 60, y extremadamente fiables aún en la actualidad. Tras las sanciones y ruptura de relaciones con Rusia, la única opción actual es viajar de la mano de los Estadounidenses o de una empresa privada: la SpaceX de Elon Musk.

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