El Gobierno de la Comunidad de Madrid no descarta tener que mantener hasta 2026 las obras para intentar resolver “el grave riesgo estructural” que aqueja a la línea 7B de Metro, donde el tramo que une San Fernando con el Hospital del Henares lleva cerrado casi dos años porque se hunde poco a poco. Así consta en un contrato adjudicado en junio por 4,3 millones de euros para cubrir ese trayecto con autobuses “debido a la continuación de las obras [en el suburbano], que se van a realizar en 2024, 2025, y 2026″. El acuerdo, que dura dos años y puede ser prorrogado hasta 2027, también podrá ser cancelado antes de tiempo porque hayan terminado los trabajos, precisa un portavoz gubernamental. Las obras, sin embargo, avanzan con lentitud. Pese a que la Administración sabe desde 2020 que el túnel del Metro está en un estado “grave” por los movimientos del terreno provocados por la entrada de agua, según un informe al que accedió EL PAÍS, el problema incluso ha empeorado, dejando la infraestructura “en grave inestabilidad” y provocando el desalojo de casi 200 vecinos para derribar 73 viviendas de edificios que han perdido pie.
“Se puede asumir que el factor causante de las patologías [que afectan a la infraestructura] es el agua del terreno que empapa los rellenos del trasdós de los muros bandeja y los del falso túnel que conduce al fondo de saco”, se lee en ese documento que tiene la Comunidad desde hace cuatro años, y que precisa los procesos que desencadena esa acumulación. “Produce empujes sobre el trasdós de los muros bandeja que sumados a los de los rellenos pueden explicar las deformaciones (desplomes) que se observan en ellos”, enumera. “Induce empujes por subpresión bajo la losa de fondo con carácter estacional [dependiendo de que llueva]”, sigue. Y recomienda una serie de medidas correctoras que aún no se han ejecutado al completo.
Esto concluyen en la plataforma de vecinos afectados: “A nuestro entender significa que llevan cuatro años con el problema diagnosticado de forma clara, y que no se ha hecho nada”.
La Administración aduce que ya lleva tres campañas de consolidación del terreno con inyecciones de cemento en más de 10.000 metros cuadrados de superficie, y argumenta que empleó este informe de 2020 para elaborar un plan integral dotado con 122 millones que se está “haciendo ahora mismo de manera escalonada”.
La admisión de que las soluciones propuestas hace cuatro años no se han afrontado de una vez, sino paso a paso, explica que se hayan tardado, por ejemplo, cuatro años en licitar las obras propuestas para mejorar el drenaje exterior de la Estación del Henares, desde donde se filtra el agua al subsuelo, lo que ha provocado un total de nueve cierres en poco más de 15 años de vida de la infraestructura (para un total de más de 1.000 días sin que circulen trenes en alguno de sus tramos).
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Lo que sí han comenzado, en junio, han sido las labores para la impermeabilización y consolidación del trasdós del túnel entre San Fernando de Henares y el Hospital del Henares, que durarán siete meses. Además, a finales de julio se cerrará un segundo tramo de la línea (Barrio del Puerto-San Fernando) para unas labores de mantenimiento y consolidación que durarán nueve meses, afectando a los 120.000 habitantes que suman los municipios de Coslada y San Fernando con el objetivo de intentar acabar con un problema originado por la obra para construir la infraestructura, que facilitó la entrada de agua en el subsuelo.
¿Y qué produce eso? Que el terreno, extremadamente soluble, se mueva al entrar en contacto el agua con la sal que la entrevera. Eso, a su vez, causa un doble terremoto. De un lado, presiona al túnel del Metro, que está “en un estado de grave inestabilidad estructural”; lo que provoca “un grave peligro para personas y bienes” a lo largo del trazado, según un documento recogido en el portal de contratación regional con motivo de un nuevo contrato de 34 millones para intentar separar la construcción del agua. Del otro, hace que los edificios de la superficie pierdan pie, causando daños estructurales que han obligado a derribar 73 viviendas, y a desalojar a casi 200 vecinos.
Casi nueve millones en indemnizaciones
Como resultado, la Comunidad ya ha tenido que pagar 8.861.000 euros en indemnizaciones por las afecciones en 3 locales, 27 plazas de garajes y 34 viviendas, según información obtenida por este diario al amparo de la ley de transparencia. Aún quedan por pagarse 12 expedientes ya tramitados y otros 59 aún están en la fase de tramitación. De todos los afectados, solo 25 han mostrado su conformidad con la indemnización recibida, lo que augura pleitos judiciales para mejorar la cantidad ingresada.
Mientras tanto, siguen las obras, la 7b tiene un tramo cortado desde hace dos años, y ya no se descarta su cierre, como admitió el consejero de Transportes, Jorge Rodrigo. Tras Ángel Garrido y David Pérez, este es el tercer responsable que afronta el problema. Los consejeros pasan, pero los vecinos siguen encerrados en su pesadilla. Sin casa, ni Metro. Quizás, en el caso del suburbano, hasta 2026, según documentación pública. Aunque en la Administración nadie da certezas ni en un sentido ni en otro.
“El contrato del servicio sustitutivo de autobuses [que es el que precisa esa fecha] tendrá una vigencia de dos años, siempre que sea necesario; como hasta ahora”, precisa un portavoz gubernamental. De hecho, el acuerdo recoge que “podrá ser resuelto anticipadamente por causas de interés general”. Pero hoy nadie está en condiciones de precisar cuándo terminarán las obras, o si los trenes volverán a circular por el subsuelo de San Fernando de Henares. Así lo expresó una fuente gubernamental que conoce las entrañas del problema: no está claro que las obras que ahora empiezan vayan a ser las definitivas.
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