Este 4 de julio, durante las celebraciones por el Día de la Independencia de Estados Unidos, cuatro personas fueron mordidas por tiburones en playas de Texas y Florida. En la Isla del Padre, cerca de la ciudad de Brownsville, en el sur de Texas, un mismo tiburón de unos 1,8 metros de largo atacó a tres individuos, dejando a uno de ellos con “una grave mordedura” en la pierna. Dos de las víctimas fueron trasladadas a un hospital del área. El jefe de bomberos de la localidad, Jim Pigg, informó a medios locales que el tiburón fue localizado posteriormente y “empujado hacia aguas más profundas”. “Esto no tiene precedentes aquí, en la Isla del Padre”, añadió Pigg en referencia al ataque.
Las autoridades locales fueron alertadas de que un hombre había sido mordido por un tiburón sobre las 11 de la mañana. El hombre fue atendido inicialmente en la playa de la Isla del Padre por los bomberos y la policía y luego trasladado a un hospital de Brownsville. El Departamento de Parques y Vida Silvestre de Texas informó más tarde en un comunicado de que dos personas también habían sido mordidas y otras dos se había “encontrado” con el tiburón, pero que no habían resultado gravemente heridas. “Los encuentros con tiburones de esta naturaleza no son algo común en Texas”, señaló el departamento. “Cuando ocurren mordeduras de tiburones, generalmente se trata de un caso de identificación errónea por parte de los tiburones, que buscan comida”.
A unas 1.348 millas (2.170 kilómetros), en la playa de New Smyrna de Florida, otro hombre fue mordido por un tiburón la tarde del jueves. La víctima, de 21 años y originaria de Ohio, fue atacado mientras jugaba fútbol con el agua hasta las rodillas, según indicaron las autoridades locales. La mordida se produjo sobre las 4 p.m. hora local. El hombre, de visita en Florida durante el puente de esta semana, fue trasladado a un centro médico cercano con heridas que no pondrán en peligro su vida.
En lo que va de año, se han registrado 28 ataques de tiburón en todo el mundo, según datos de Tracking Sharks. Casi la mitad de ellos han ocurrido en Estados Unidos, siendo Florida el Estado con más incidentes (cinco). De hecho, históricamente, los ataques de tiburón son más frecuentes en Florida que en cualquier otro Estado. Desde 1837, en el Estado del Sol ha habido 928 incidentes, el 57% de todos los ataques registrados en el país, según datos del Archivo Internacional de Ataques de Tiburón del Museo de Florida. Le sigue Hawái, con 195; California, con 138; las dos Carolinas, con un total de 198 entre ambos Estados; y Texas, con solo 45. En la Isla del Padre de Texas, donde se reportaron las mordeduras de este jueves, el último ataque ocurrió hace cinco años, según la agencia AP.
¿Son cada vez más frecuentes los ataques de tiburones?
En 2023, hubo 69 ataques de tiburones en todo el mundo, 36 de los cuales fueron en Estados Unidos. Ese total supuso un aumento en el número de ataques de tiburones no provocados en todo el mundo y un incremento de las víctimas mortales en comparación con el año anterior, según el Museo de Florida. A pesar del aumento, sin embargo, el número de mordeduras y muertes ocurridas del año pasado “está dentro de la media de la última década”, señala la institución en un informe publicado el pasado febrero. “Cada año se producen sistemáticamente menos de 100 mordeduras no provocadas, por lo que es más probable que a alguien le toque la lotería que ser atacado por un tiburón”, afirman. Además, en el reporte se indica que si la cantidad de incidentes registrados sube, suele ser porque hay más personas pasando tiempo en el mar, no que los tiburones se hayan vuelto más peligrosos. En realidad, las probabilidades de ser atacado por un tiburón son de una entre 11,5 millones, asegura el Museo de Florida.
Uno de los peores incidentes de las últimas semanas ocurrió en Hawái el pasado 23 de junio, cuando el surfista profesional, instructor y guardacostas Tamayo Perry —actor secundario en Piratas del Caribe y en la serie Hawai: 5.0— fue atacado por un tiburón en las costas de la isla de Oahu, en concreto en la playa de Malaekahana, en la punta norte de la isla, y falleció a causa de las mordeduras. Perry tenía 49 años.