Europa afronta una época turbulenta entre el auge interno de fuerzas de ultraderecha, el imperialismo ruso y el riesgo de que Donald Trump regrese al poder. Timothy Garton Ash (Londres, 68 años), profesor de estudios europeos en la Universidad de Oxford y autor de varios libros sobre el continente ―entre ellos, el reciente Europa. Una historia personal (Taurus)―, aborda estas y otras cuestiones en una entrevista concedida este miércoles en Madrid en la sede de la Fundación Ramón Areces, donde se disponía a impartir una conferencia. Durante la conversación, lanza varias alertas, entre ellas “el peligro de que Europa se divida en vez de unirse si gana Trump”, con varios líderes de la UE tentados de congraciarse con el magnate en vez de centrarse en reforzar la integración comunitaria. En cuanto a su país de origen, Garton Ash considera que “con Starmer, el Reino Unido volverá a ser un país serio”.

Pregunta. Una ola de derecha extrema y populista recorre las democracias occidentales. ¿Qué ha fallado para que se produjera esto?

Respuesta. Muchas, muchas personas en nuestras sociedades están descontentas con el mundo que nosotros, los liberales, hemos construido. Ese es el punto de partida. Y sorprendentemente, muchos son jóvenes, no solo personas mayores que sienten nostalgia por algo, un pasado que quizás nunca existió. Creo que hay dos grandes cuestiones. Por un lado, cosas relacionadas con la comunidad y la identidad. La frase clásica es: “Ya no reconozco mi propio país”. Y eso es una mezcla de globalización, multiculturalismo, inmigración, capitalismo globalizado. Por otro, están las preocupaciones que vinculo con los conceptos de solidaridad e igualdad. La gente siente que no se está cumpliendo el contrato básico que el Estado europeo tenía con sus ciudadanos, que implicaba un mínimo de solidaridad e igualdad, como poder comprar una casa, tener un trabajo, recibir una educación decente, tener una fuerza policial que te protege bien, ese tipo de cosas. Y si miras las apelaciones populistas, siempre juegan con esas dos teclas.

P. Steve Bannon le dijo recientemente a David Brooks, en The New York Times, que a su juicio “las élites occidentales dominantes son cada vez más ajenas a la experiencia vital de la gente”.

R. Hay algo de eso, pero hay que notar que las personas que lideran a los populistas son ellas mismas parte de las élites, como sabemos. Donald Trump es millonario. Pero, por supuesto, hay algo de verdad en eso. Pensemos, por ejemplo, en el ideal liberal de izquierdas por el que una mitad de nuestros hijos deberían ir a la universidad. Hemos logrado eso. Consecuencia no intencionada: hemos dividido nuestras sociedades por la mitad. La mitad de la sociedad tiene educación superior, habla idiomas, le encanta viajar por Europa, vive en grandes ciudades, abraza el multiculturalismo y la globalización. La otra mitad no lo hace. Por otra parte, además, nuestras clases políticas provienen casi enteramente de la primera mitad. Hace 50 años, tenías personas de la clase trabajadora como líderes en la política. Ahora tienes este sentido de una élite separada al mando. Luego llega el populista. Y aunque ellos mismos fueron a la universidad, la Escuela de Negocios Wharton en el caso de Trump, logran conectar. Hubo un estudio interesante sobre Donald Trump que mostró que hace 10 años su lenguaje tenía la sofisticación típica de un graduado de la Escuela de Negocios Wharton. Luego lo simplificó. Y eso es muy efectivo políticamente.

P. Usted ha mencionado la cuestión de la solidaridad y la igualdad. Si pensamos en Francia, vemos un país que recauda muchos impuestos, que tiene servicios públicos potentes. No es un país que abandone a sus ciudadanos.

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R. Estaría ligeramente en desacuerdo. Si vives en la Francia periférica, entonces el Estado no llega bien. No tienes buenos servicios de autobús, no tienes grandes servicios de salud y así sucesivamente. Eso es lo que la gente siente. Y los políticos del Reagrupamiento Nacional (RN) realmente se enfocan en estas preocupaciones socioeconómicas básicas, sobre la vivienda, el costo de la vida, la atención médica. Mi conclusión, y pienso esto con mucha convicción, es que si queremos defender el liberalismo en el sentido más amplio, necesitamos ser mucho más radicales en nuestro liberalismo. Se suponía que los liberales eran buenos haciendo su trabajo. Los liberales eran las personas que decían que ‘es la economía, estúpido’. Entonces, ¿por qué no construimos suficientes viviendas? Pongámonos manos a la obra. Reconozcamos que el mercado por sí solo nunca va a construir suficientes viviendas asequibles. Las empresas multinacionales pagan menos impuestos que muchos ciudadanos comunes. Así que creo que hay una conclusión real allí, que necesitamos un liberalismo más radical, lo cual no significa más libre mercado. Me refiero a habilitar a cada miembro de nuestra sociedad para que tenga una oportunidad igual de ser el dueño pleno de su propia vida, que es el corazón del verdadero liberalismo.

El escritor y profesor Timothy Garton Ash, en la Fundación Ramón Areces, este miércoles en Madrid.
El escritor y profesor Timothy Garton Ash, en la Fundación Ramón Areces, este miércoles en Madrid. Samuel Sánchez

P. ¿Por qué las izquierdas no han sido exitosas en interceptar este malestar vinculado a la cuestión de la solidaridad y la igualdad?

R. Una de las cosas que le ha sucedido a los partidos de centro izquierda es que se han acercado notablemente a la comunidad empresarial y particularmente a los servicios financieros. Y el gran error que cometimos los liberales durante 30, 40 años fue hablar de la comunidad internacional. Hablamos de Europa, pero dejamos de hablar de la nación a la derecha. Así que tenemos que reclamar la nación, pero de una manera cívica y liberal. tenemos que tomar lo mejor de la izquierda y la derecha. De la tradición conservadora, debemos entender que la gente está apegada a la comunidad, a la tradición, a lo que es. Y de la izquierda, necesitamos tomar algunas de las ideas básicas sobre la igualdad de oportunidades, lo que Ralf Dahrendorf llamó el suelo común, vivienda básica, atención médica, educación, para que tengas una oportunidad igual y un comienzo igual en la vida.

P. Todo apunta a una sólida victoria laborista en el Reino Unido. ¿Cuáles son sus expectativas?

R. Starmer tiene un gran lema, hacer que el Reino Unido sea serio de nuevo. Y eso me gusta mucho. Se convertirá en un país serio. Es un político serio con un gabinete serio. Ha dirigido cosas. Y así creo que el país se volverá serio nuevamente. Ese es el punto número uno. Punto número dos, tienen algunas buenas ideas, aunque, en la dirección de la que hemos estado hablando, el problema es que tenemos una deuda nacional que está cerca del 100% y el crecimiento es débil. Así que no hay mucho dinero para jugar. Número tres, habrá un intento de reiniciar las relaciones con Europa. Primero, en política de seguridad. Así que espero un país serio que busque un nuevo comienzo con Europa.

P. Y si piensa en los tories, ¿cree que emprenderán un rumbo de pragmatismo y moderación o, con un Nigel Farage todavía en auge, optarán por guiños populistas y radicales para frenar su ascenso?

R. Apostaría por lo último. Yo no pertenezco a ningún partido, pero pienso que el lado positivo de esto es que el Partido Laborista ―un partido serio de gobierno, comprometido con reformar el país y restablecer la relación con Europa continental―, puede potencialmente tener un mandato de 10 años. Y eso significa que en el segundo mandato podrá dar pasos más decididos con la UE, como por ejemplo, la unión aduanera.

P. Si miramos a la UE, en el Parlamento, más o menos, ha aguantado la mayoría europeísta. El problema está en el Consejo, con la derecha radical en el poder en muchos países. Y si la ultraderecha lograra gobernar en Francia…

R. Pero incluso sin Bardella [Jordan, dirigente del RN], habrá un Gobierno holandés con un partido ultra dominante, está Giorgia Meloni, hay obviamente la presión de AfD en Alemania. Y, aunque ahora parece probable que en Francia habrá un Parlamento inestable sin una mayoría absoluta, sin un primer ministro Jordan Bardella, no obstante, el RN será el partido más grande. Lo último que necesitamos en esta situación es complacencia porque cuando llegue el momento de la verdad, todavía son los Estados miembros los que marcan la diferencia y la situación no se ve buena en bastantes de los principales Estados miembros europeos. Además de esto, si en noviembre tenemos un Donald Trump 2.0, estoy seguro de que habrá el partido de Trump dentro de la Unión Europea. Viktor Orbán número uno, Robert Fico número dos, pero también otros líderes, también Marine Le Pen y apostaría que Giorgia Meloni, que ha sido muy cooperativa hasta ahora, pero está mirando las relaciones de poder dentro de Occidente. Y en vez de unirse en respuesta a una presidencia de Trump, veo un gran peligro de que Europa se divida.

El escritor y profesor Timothy Garton Ash, en la Fundación Ramón Areces, este miércoles en Madrid.
El escritor y profesor Timothy Garton Ash, en la Fundación Ramón Areces, este miércoles en Madrid. Samuel Sánchez

P. Acaba de mencionar a Trump. ¿Cree que, si gana, cortará abruptamente el apoyo a Ucrania? Y, en ese caso, ¿está Europa preparada para respaldar a Kiev sola?

R. Creo que el futuro de Europa depende de esto. Y creo que no estamos haciendo lo suficiente. Estuve allí hace poco más de un mes. Nunca había sentido al país tan exhausto, tan traumatizado, tan pesimista, tan dividido. Y los expertos militares están realmente preocupados. Así que creo que los europeos ya deberíamos estar preparándonos para la eventualidad de una presidencia de Trump, lo que significa más producción industrial de defensa, más municiones, más suministros de armas, más entrenamiento, para que estemos en posición de sostener a Ucrania, incluso si Trump retira el apoyo. ¿Lo estamos haciendo? No lo suficiente. ¿Se ha vuelto más probable desde la elección europea y la elección francesa? No, se ha vuelto menos probable porque ¿quién ha sido el defensor más elocuente y audaz de esto entre los principales líderes europeos? Emmanuel Macron. Pero Macron tendrá las manos atadas, cualquiera que sea el resultado el 7 de julio. Así que estoy extremadamente preocupado por esto. En cuanto a lo que haga Trump, creo que hay un 90% de probabilidad de que haga lo que ha dicho y que intente hacer un trato, esencialmente sacrificando a Ucrania.

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