El entrenador del Borussia Mönchengladbach, el hispanosuizo Gerardo Seoane (Lucerna, 45 años), es un profundo conocedor del fútbol alemán. En su anterior etapa, en el Bayer Leverkusen, entrenó a tres de los titulares de la selección alemana que dirige Julian Nagelsmann. Atiende a EL PAÍS justo después de que Portugal pasara a cuartos de final tras eliminar a Eslovenia en la tanda de penaltis. “Qué emocionante, bonito y duro puede ser el fútbol”, asiente al otro lado del teléfono.

Pregunta. ¿Qué partido imagina?

Respuesta. Son las dos mejores selecciones, con principios de juegos muy parecidos. Quieren el balón, ser dominantes, pero a la vez juegan a la contra muy bien. Tienen gente muy veloz que ataca muy bien los espacios. Además, a los dos equipos les gusta hacer una presión tras pérdida muy agresiva.

P. Con dos selecciones tan similares, ¿qué marcará la diferencia?

R. La que domine las facetas que hemos hablado. Será un partido muy vibrante, de mucha intensidad. El balón viajará a mucha velocidad, no habrá tiempo, los dos equipos querrán hacer el campo muy corto y vamos a ver el nivel de exigencia técnica más alto de esta Eurocopa. Para mí, sinceramente, el viernes es la final. Las dos selecciones han empezado sus partidos siempre con todo, sin dejarse nada para la última media hora. Con rigor táctico, sí, pero con la intención de ir a por el adversario.

P. Ese posible partido que describe, también tendrá una exigencia física elevada.

R. Lo que destacaría de España, que es algo que me ha impresionado, es su nivel físico. No recuerdo ver un equipo español con tanto poderío. Los centrales son rápidos y fuertes, los laterales van como puñales, Carvajal y Cucurella son rapidísimos y agresivos. En el centro del campo, Rodri y Fabián son dos pivotes muy físicos, con mucho recorrido, y arriba, De la Fuente tiene gente rápida y móvil y dos puñales en las bandas como Nico y Lamine. Si tuviera que describir a Alemania, diría lo mismo.

P. ¿Y dónde le puede hacer daño España?

R. Por banda, creo que los laterales alemanes, si tienen un poco de debilidad, es al defender, ya sea Raum, Mittelstäd en la izquierda o Kimmich en la derecha. No son hiperagresivos defendiendo y con Nico Williams y Lamine se les puede hacer mucho daño. Los centrales, Rüdiger y Tah son dos animales. Los dos vienen de una temporada con títulos, tienen confianza y se les nota en la salida de balón. Si los coges la espalda pueden sufrir un poco, sobre todo en espacios reducidos con regates y paredes. Eso sí, en la disputa aérea y hombre a hombre son muy fuertes.

P. El centro del campo ofrecerá duelos de altura.

R. Los dos tienen jugadores que corren mucho, como Gündogan, Andrich, Pedri o Fabián, pero también tienen estrategas como Kroos o Rodri, que le dan la pausa al partido muy bien. Creo que en el medio va a ser un partido físicamente parejo, pero incluso veo un poco superior a España.

P. Andrich, al que usted dirigió en el Leverkusen, fue la novedad en el último once de Nagelsmann contra Dinamarca. ¿Su entrada le permite a Gündogan soltarse y jugar más cerca de Havertz para combinar?

R. Sí, Andrich es el elemento que le faltaba al centro del campo alemán. Es un jugador agresivo que corta, que choca, que hace alguna entrada bastante fuerte. Tiene muy buen disparo de segunda línea. No es un jugador que destaque por maniobras técnicas. No es ni un Kroos, ni un Gündogan, es más rústico. A Nagelsmann le gusta trabajar con diferentes perfiles y eso le ha permitido hacerse a Andrich con el puesto.

P. La gran apuesta táctica de Nagelsman es hacer jugar de falso nueve a Havertz, al que tenía muy controlado porque le iba a dirigir en el Leverkusen pero se marchó al Chelsea el mismo verano que usted llegó al club.

R. Havertz le permite tener mucha movilidad y variantes con jugadores que entran de segunda línea porque él se deja caer a banda o entre líneas y, sobre todo, es muy buen rematador. No es un delantero puro como es Füllkrug, un animal cuando ataca el balón con la cabeza, tiene un cabezazo que es como un disparo. Nagelsmann lo utiliza, como cuando España tenía a Fernando Llorente, para meter centros al área. Havertz le da un elemento especial a Alemania. Con Nagelsmann, Alemania no está jugando el fútbol típico alemán, está jugando un fútbol más latino, de posesión, de control y de jugadores entrelíneas. Por eso se ha decidido por Havertz, un jugador más creativo que es capaz de resolver en el último tercio. Lo que estoy viendo en la Eurocopa es la necesidad de tener jugadores así en la última zona, porque todos los equipos defienden muy, muy compactos. Ves a mucha gente por detrás del balón. Los espacios son tan reducidos que se necesitan esos tipos de jugadores que pueden driblar en una baldosa, amagar, tirar una pared o dar un pase.

P. A Havertz se le aprecia la frialdad de Benzema.

R. Parece que es invisible, pero casi siempre aparece. No parece rápido, pero es muy rápido. No tiene un físico potente, pero va muy bien de cabeza. No es que tenga un dribling a lo Nico Williams o a lo Wirtz, pero con el primer control es capaz de eliminar rivales. A veces parece que no está, pero si lo analizas es un pedazo de jugador. Ya en el Leverkusen lo hizo muy bien, en el Chelsea ganó la Champions y tuvo una buena época. En el Arsenal marca goles y da asistencias. Es muy frío también en los penaltis.

P. Alemania jugó muy bien contra Escocia, pero contra Hungría, Suiza y Dinamarca ya no combinó tan bien. ¿Qué pasó?

R. Lo que hizo Suiza, taparon las líneas de pase de Kroos. Fallar, no va a fallar pases, pero sí le puedes limitar las intervenciones o cuando las tenga que le obligues a dar pases fáciles. Puedes influenciar en que su elección sea un pase que no haga daño.

P. También bajó el rendimiento de Wirtz, que fue de más a menos y perdió el puesto en favor de Sané ante Dinamarca.

R. Es un chico que juega con un derroche físico muy alto y esta temporada jugó muchos partidos. Es un poco parecido a Pedri, son jugadores que siempre están corriendo y en movimiento y seguro que a Wirtz le está pasando factura el año fenomenal que hizo. Creo que Nagelsmann quiso tener contra Suiza un poco más de profundidad con Sané. Es posible que Wirtz vuelva al equipo ante España.

P. Francia e Inglaterra están atacando muy mal pese al potencial de sus centrocampistas y atacantes.

R. El proceso de la construcción de Alemania y España con centrales, pivotes y laterales se ve mucho más fluido que el de Inglaterra y Francia. En Alemania estamos disfrutando y aprendiendo de lo que trajo Xabi Alonso al Leverkusen. Tener una construcción de juego desde atrás con una superioridad, fijar el adversario… Tener una intención clara, cuando el central sale con el balón para darle más tiempo a tu compañero y que los centrocampistas tengan la posición justa. Esta es la gran diferencia que se ve entre España y Alemania y los otros equipos. A Francia y a Inglaterra se las nota un poco esa falta de fluidez en la construcción, el balón no les llega a sus delanteros con la ventaja que les llega a Lamine o Nico Williams. España te lleva para un lado y después te gira para el otro con mucha rapidez y, si está cerrada por ahí, vuelve a girar otra vez muy rápido hacia el otro costado.

P. España ha recuperado la importancia de los extremos.

R. Sí, los equipos se cierran con mucha solidaridad, todos bajan a defender en bloque, ya no se ve que tres o cuatro delanteros se queden desganchados arriba y no defiendan. Por el centro es muy difícil entrar porque todo el mundo tapa los pasillos interiores porque los pases por dentro son los que duelen. Esto te obliga a jugar por fuera. La función de los laterales y los extremos será de nuevo mucho más importante en el futuro, pero no solo el extremo largo, sino también el extremo que va por dentro y el lateral por fuera o viceversa. Como mínimo, en cada banda hay que tener un lateral o un extremo que sea capaz de driblar porque te da muchas opciones.

P. Este fútbol moderno que plantea unos contra uno en todo el campo, ¿puede desarrollar centrales regateadores, además de buen pie?

R. Cuando los rivales te presionan uno a uno, cada jugador está obligado a ser capaz de crear una superioridad. Si bajas un centrocampista para que ayude en la construcción y a crear una superioridad, igual el jugador que queda libre es el central, y con espacios tiene que acelerar con el balón. El italiano Calafiori es de ese tipo de central que exige el fútbol moderno, capaz incluso de integrarse en el centro del campo para crear algo inesperado que desequilibre.

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