La discriminación social es considerada por la mayoría de los mexicanos como el principal problema que enfrentan en el país las personas de la comunidad LGBT. Una encuesta de la firma Enkoll para EL PAÍS y W Radio revela que el 70% de los entrevistados cree que el rechazo social debido a la preferencia sexual es la mayor lacra que afrontan homosexuales, bisexuales y trans en su vida diaria, mientras que un 77% considera que la violencia contra los integrantes de esa comunidad es un perjuicio “muy importante”. El sondeo se publica un día antes de que millones de personas participen en México en las celebraciones del orgullo LGBT.

La encuesta fue realizada del 15 al 20 de junio a 601 personas mayores de 18 años y a través de entrevistas telefónicas. El 48% de los encuestados son hombres y el 52% mujeres. La muestra tiene un error de +/-4.0%, con un nivel de confianza del 95%, según Enkoll. La encuestadora preguntó cuál es el principal problema que enfrentan las personas homosexuales (gay o lesbiana), bisexuales o trans en su vida diaria y además de la discriminación, los entrevistados señalaron como los principales problemas la falta de apoyo o aceptación familiar (7%), los feminicidios y transfeminicidios (6%) y el acoso sexual (5%). Aunque en esa pregunta un bajo porcentaje señaló la violencia machista, cuando los encuestadores preguntaron qué tan importante es el problema de la violencia en contra de las personas de la comunidad LGBT, un 77% dijo considerarla “muy importante” y un 16% “algo importante”. En suma, el 93% de las personas encuestadas ve la violencia como un grave prejuicio contra estas minorías en México.

Los actos de violencia contra las personas LGBT en México acaparan titulares de forma cotidiana. El país norteamericano es, después de Brasil, el que registra más asesinatos contra personas trans, al menos 461 en los últimos cinco años, según la ONG LetraEse. Las mujeres trans luchan día a día para que estos delitos sean reconocidos oficialmente, judicializados, investigados y procesados. La gran mayoría, sin embargo, quedan en la impunidad. “Falta voluntad para hablar sobre reformas que se tienen que hacer, que garanticen la identidad de las personas trans, su acceso a la educación, que las violencias hacia ellas estén tipificadas en leyes”, decía a mediados de junio a este periódico la activista trans Zoe Joffre.

Aunque las estadísticas siguen bañadas en sangre, la mayoría de mexicanos piensa que ha mejorado la situación de las personas LGBT en el país, si se compara con la realidad de cinco años atrás. El sondeo muestra que el 81% de los encuestados cree que ahora se respetan más los derechos de esas minorías, frente a un 9% que afirma que se respetan menos. Ese avance también se muestra en la respuesta a la pregunta sobre si los encuestados se sienten cómodos siendo abiertos sobre su orientación sexual o identidad de género en el entorno laboral, educativo o familiar. El 89% respondió que sí, frente un pequeño 3% que dijo lo contrario. Además, el 70% ha afirmado que ha recibido apoyo de amigos, conocidos o familiares al saber sobre su orientación sexual o identidad de género.

La lacra de la discriminación

México cuenta desde 2003 con una ley federal para prevenir y eliminar la discriminación, que la define como toda acción que intente “obstaculizar, restringir, impedir, menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y libertades” por motivos étnicos, de color de la piel, cultura, sexo, género, discapacidades, condición social o económica, religión, apariencia física, las preferencias sexuales, entre otras. Es común ver también en los establecimientos bares, restaurantes o tiendas de las grandes ciudades anuncios que alertan contra la discriminación, pero en el día a día sigue siendo uno de los mayores obstáculos que deben superar las personas de la comunidad LGBT.

La encuesta de Enkoll ha preguntado a los entrevistados qué tanto consideran que en México se discrimina a las personas por orientación sexual e identidad de género. Quienes han respondido entre mucho (49%) y algo (39%) suman el 88% de los encuestados. Otro dato escandaloso lo ofrecen las respuestas sobre si alguna vez los encuestados han presenciados actos de discriminación. El 80% que ha sido testigo de repudio por la forma de vestir o arreglarse, un 79% por la forma de hablar o expresarse, 78% por las maneras de comportarse y el 76% por la orientación sexual.

Un 17% de los entrevistados ha afirmado que ha sido víctima en algún momento de su vida de discriminación o violencia a causa de su orientación sexual e identidad de género. En un país con profundas raíces machistas y donde mofarse con chistes sobre la sexualidad es cosa cotidiana, el 39% de las personas que han afirmado haber sido víctimas de discriminación o violencia han afirmado de que ha sido en forma de insultos y burlas, un 21% por agresiones físicas como empujones o golpes, el 17 por rechazo o exclusión de actividades sociales y el 9% a través de negar servicios o acceso a un recinto. Esas formas de violencia han sido ejercidas en su mayoría por compañeros de trabajo o de escuela (27%), amigos, vecinos o algún conocido (23%), familiares (19%) y grupos religiosos o políticos (14%).

Apoyo al matrimonio igualitario

El verano de 2015 fue histórico para la comunidad LGBT en México y para la lucha por sus derechos. Ese año la Suprema Corte de Justicia de la Nación respaldó el matrimonio homosexual y lo equiparó plenamente a las uniones heterosexuales. La medida también estableció como inconstitucional cualquier norma que establezca que la finalidad del matrimonio es la procreación o que lo defina como la unión entre un hombre y una mujer. Un paso gigante para un país que se mantenía dividido sobre el tema, aunque la encuesta de Enkoll revela un gran avance en las opiniones favorables de los mexicanos al respecto. El sondeo muestra que el 85% de los entrevistados está muy de acuerdo o de acuerdo con que las parejas del mismo sexo puedan contraer matrimonio, frente a un 13% que opina lo contrario. El activismo LGBT también tiene buenas simpatías, ya que el 84% de los encuestados respalda el movimiento en defensa de los derechos de personas de esa comunidad. Y posiblemente uno de los datos más interesantes es que el 79% de quienes respondieron la encuesta afirman estar de acuerdo con que enseñe en las escuelas contenidos sobre educación sexual como la diversidad sexual, género y afectividad.

Hay también una mayoría de opiniones favorables a que las parejas del mismo sexo muestren afecto en público (77%), de que se permita la modificación de documentos oficiales para la easignación de género como hombre o mujer (76%), que a las parejas del mismo sexo se les permita adoptar (69%) e incluso de que las personas LGBT puedan acceder a tratamientos hormonales o cambio de sexo a partir de la pubertad (57%) o que las personas trans utilicen baños de acuerdo al género con el que se identifican (54%). Las posturas sobre temas que se siguen considerando tabú también han mejorado, como el de que un 53% está de acuerdo con que en las competiciones deportivas femeninas se incluya a personas trans. Y como respuesta a los principales problemas que aquejan a esa comunidad, la mayoría de los encuestados (41%) ha respondido que la situación puede mejorar más con orientación familiar y educación en casa.

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