Sin que se cumpliera la última parte de las precipitaciones sobre las que advertía el Servicio Meteorológico Nacional -durante la madrugada y hasta el mediodía de ayer-, finalmente se levantó el alerta naranja sobre Comodoro Rivadavia y la zona de influencia, aunque aún se pronostican lluvias de leves a moderadas hasta la tarde de hoy domingo.

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Más allá de un pronóstico que se cumplió en gran parte, tanto por las nevadas como por las lluvias, situaciones que colapsaron calles, provocó cierre de comercios, suspensión de transporte público y una gran cantidad de pasajeros varados -terrestres y aéreos-, el drenaje del agua precipitada ha provocado preocupación que se extiende en la comunidad y en autoridades municipales, situación que demandará estudios técnicos que se realizarán en los próximos días.

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La filtración de agua en diferentes sectores de la traza urbana ya había sido alertada por vecinos de Km. 3 desde donde se advertía -sobre calle Duraznillos- que el escurrimiento de las últimas precipitaciones abrieron grietas y erosionaron parte de un sector sobre el cordón cuneta, lo que hace temer por un desmoronamiento de la vía pública y sus eventuales consecuencias sobre la estabilidad de domicilios particulares y riesgo de peatones o automovilistas.

Los más visibles

Otra de las visibles grietas que aparentemente “no provoca riesgos mayores”, es la observada al pie del Chenque, precisamente en el talud inferior de la Punta Borja del emblemático cerro -cercano al ingreso a la ciudad-, lugar donde se observa las consecuencias de lluvias y nevada y la erosión provocada por el agua.

Según se ha señalado tras una primera observación, es que el deslizamiento del agua pluvial solo ha provocado una filtración en la capa superior de la corteza y que, al menos hasta ese primer análisis técnico, “no existe un peligro mayor de movimiento de ese sector del cerro que pudiera derivar en un nuevo corte de ruta”.

Aun con las dudas lógicas, lo cierto es que el caudal de agua de lluvia -y de las nevadas- de los últimos días ha buscado los desniveles propios en la ciudad, y ante la magnitud de las corrientes, ha provocado deslizamientos de terrenos como el ocurrido en el inicio de calle Tiburón, casi Yrigoyen, lo que generó una erosión importante que obligó a la intervención conjunta del municipio, la Sociedad Cooperativa Popular Limitada y hasta de Camuzzi.

Luego del análisis de situación, se determinó que “no existe riesgo de desmoronamiento mayor hacia la ruta, por lo que se decidió no buscar vías alternativas para la circulación vehicular”, aunque se valló el sector para evitar el paso de peatones en los espacios cercanos.

Antiguo zanjón

Pese a ello, la preocupación se mantiene debido a que el desmoronamiento sería la desembocadura de probables filtraciones que se iniciarían un centenar de metros más arriba, sobre calle Ramos Mejía, donde se ha agrietado el pavimento y levantado algún sector de veredas, lo que podría estar acusando un deslizamiento subterráneo en el sector donde existió un antiguo zanjón, rellenado para la urbanización de la zona.

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